Pues este finde estrené con mi pareja el
Claustrophobia.
Se trata de un juego para dos, dónde (al menos en el primer escenario) un jugador controla un grupo de 4 humanos que deben escapar de las galerías subterráneas que conducen al infierno, acechadas por criaturas demoníacas controladas por el segundo jugador.
Lo que me ha gustado del juego es la asimetría de los dos bandos, y la forma de controlar uno y otro. Se hace mediante gestión de dados pero de forma muy muy distinta para humanos y demonios.
Los humanos tiraran tantos dados como humanos en vida haya, y asignaran cada dado a un humano, poniéndolo encima de su ficha. En la ficha de cada humano hay seis líneas (una por cada cara del dado) con el valor de Movimiento, Ataque y Defensa correspondiente.
En cambio, el Jugador Demonio dispone de un tablero para él, tirará 3 (o más) dados y los distribuirá como le parezca (suman 7, suman 9, suman + de 12, todos pares, un par y un impar, etc) por las distintas secciones de dicho tablero, obteniendo así determinados efectos.
Vamos con la sesión:
Los 4 humanos (Redentor, dos Mercenarios - uno con un trabuco - y un Bruto) aparecemos en la Sala del Pentáculo y percibimos en nuestras carnes un fino y subtil hilo de aire fresco que esperamos nos guie hasta la salida. Seguimos cautelosos la corriente de aire, sabiendo que criaturas infernales acechan tras cada esquina. Avanzamos en linea recta durante 2 turnos sin presencia de enemigos, la cosa va bien, pero a la siguiente sala que exploramos... Maldición!!, el camino resulta cortado y tenemos que volver sobre nuestros pasos hasta llegar de nuevo a la Sala del Pentáculo. Desde allí deberemos tomar otra dirección, pero mucho nos tememos que en esta excursión en vano los ruidos de nuestros pasos rebotando por las galerías habrán despertado los seres que las habitan, y con ellos su hambre de carne humana.
Y por desgracia se cumplen nuestros temores y empiezan a aparecer Trogloditas por doquier. En un primer ataque al Redentor (nuestro líder), el Bruto se interpone en el camino del primer mordisco recibiéndolo él como buen guardaespaldas, pero la segunda dentellada la recibe el Redentor. Al menos se ha repartido el daño. Mientras, los Mercenarios están abriendo camino aprovechando que son mas pequeños y rápidos, pero sus fuerzas poco a poco se van viendo mermadas.
De repente, un estruendo terrorífico nos deja aturdidos... no puede ser otra cosa que la aparición de un Cazador Subterráneo, uno de los demonios supremos, un ser mucho más peligroso que 4 trogloditas juntos. La cosa no pinta bien, y menos ahora con este Cazador que se vuelve más fuerte y temible cuanto más débiles estamos... y ya estamos muy tocados después de varios encuentros con los trogs.
En uno de los rincones encontramos 'algo' de una expedición humana anterior que nos puede venir muy bien: una granada. Hay que usarla con cautela para no dañarnos con la explosión, tenemos que procurar agrupar varios esbirros y sólo entonces usarla. Y así, en un turno afortunado de ataques cuerpo a cuerpo y mediante el uso de la granada, conseguimos limpiar el camino, con lo que podemos avanzar y acercarnos más a la Salida.
Los dos mercenarios son rápidos, uno está muy cerca del final y el otro le sigue de cerca. El Redentor ha quedado un poco rezagado pero está bien de vida y el Bruto le acompaña protegiéndolo.
El primer Mercenario realiza un doble movimiento y consigue llegar a la Salida! De momento uno de nosotros se ha salvado, pero la misión sólo será un éxito si otro más le acompaña.
El jugador Demonio no se da por vencido, y si bien antes los humanos hemos tenido una racha de suerte, estamos bastante tocados y parece que ahora se gira la tortilla: sin apenas trogloditas, y con el segundo mercenario a un paso de la salida (y victoria humana), el Demonio consigue poner una trampa en el camino del mercenario que estaba ya viendo la salida, infligiéndole la sexta y fatal herida... muerto en el acto. Lo tenía tan cerca...
Las cosas pintan mal... el Redentor y el Bruto están todavía alejados de la Salida y no van muy bien de vida. Además, empiezan a aparecer nuevos enemigos hambrientos. Se escuchan palabras y susurros en una lengua oscura y extraña, no puede ser nada bueno. El Bruto, que ahora estaba listo para repartir estopa con 4 de ataque, se empieza a retorcer pero el Redentor no le ve porque va en cabeza mientras el Bruto cubre su espalda. De repente, el Bruto ataca salvajemente al Redentor: ha sufrido una Posesión Demoníaca y ha dejado al Redentor al borde de la muerte. Entonces aparece una nueva horda de trogs contra los que los humanos, ya muy debilitados, poco tienen que hacer... y resultan aplastados, seccionados, destripados y comidos.
El jugador demonio ha conseguido exterminar casi todos los humanos, pero ha dejado escapar uno con información muy valiosa sobre su guarida, hecho que resulta inaceptable.
Por su parte, los humanos hemos adquirido algo de información de gran utilidad para futuras expediciones en las profundidades del averno, pero nuestro equipo se ha visto reducido al mínimo. Tampoco para nosotros ha sido un éxito.
Bueno, esta ha sido la experiencia tras la primera partida con mi pareja
. Ella cogió los Demonios (le encanta llevar los malos, y más si con ello puede machacarme xD) y yo los Humanos, y hubo tensión y emoción hasta el mismísimo final!. Y bien, terminó en empate. La experiencia ha sido estupenda, y ya estoy deseando repetir. Creo que el Claustrophobia realmente ha sido una buenísima compra.
Imagenes tomadas de Google Images