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LevMishkin

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #150 en: 03 de Julio de 2009, 14:01:24 »
Yo digo que quien tenga hijos y no sean precisamente de los que se pasan el dia muerto mirando dibujos en la tele, lo entendera.

Una palmadita en el trasero es un correctivo, una manera de poner limites... no habeis conocido a un niño sin limites? Se convierte en un pequeño dictador...

Desde un despacho, en nombre del progreso y de unos ideales propios de los mundos de yupi, la realidad se puede ver un poco distorsionada ;)

Yo soy padre de dos niños, el mayor con un problema de hiperactividad aguda. No tengo despacho y mi realidad no es más distorsionada que la de cualquier otro, y mis mundos desde luego no son los de yupi.
 Los azotes, los cachetes no me han servido más que para debilitar mi autoridad.

LevMishkin

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #151 en: 03 de Julio de 2009, 14:29:43 »
 Una mañana de invierno pedí a Zadórov que cortase leña para la cocina. Y escuché la habitual contestación descarada y alegre:

- ¡Ve a cortarla tú mismo: sois muchos aquí!

Era la primera vez que me tuteaban.

Colérico y ofendido, llevado a la desesperación y al frenesí por todos los meses precedentes, me lancé sobre Zadórov y le abofeteé. Le abofeteé con tanta fuerza, que vaciló y fue a caer contra la estufa. Le golpeé por segunda vez y, agarrándole por el cuello y levantándole, le pegué una vez más.

De pronto, vi que se había asustado terriblemente. Pálido, temblándole las manos, se puso precipitadamente la gorra, después se la quitó y luego volvió a ponérsela. Y probablemente yo hubiera seguido golpeándole, pero el muchacho, gimiendo, balbuceó:

- Perdóneme, Antón Semiónovich.

[...]

Mi ira era tan frenética y tan incontenible, que yo me daba cuenta de que, si alguien decía una sola palabra contra mí, me arrojaría sobre todos para matar, para exterminar a aquel tropel de bandidos. En mis manos apareció un atizador de hierro. Los cinco educandos permanecían inmóviles junto a sus camas. Burún se arreglaba precipitadamente algo en el traje.

Me volví a ellos y les conminé, golpeando con el atizador el respaldo de una cama:

- O vais todos inmediatamente al bosque a trabajar o ahora mismo os marcháis fuera de la colonia... con mil demonios.

Y salí del dormitorio.

En el cobertizo donde guardábamos las herramientas empuñé un hacha y contemplé, ceñudo, cómo los educandos se repartían las hachas y los serruchos. Por mi mente pasó la idea de que era mejor no ir al bosque aquel día, no poner las hachas en manos de los educandos, pero ya era tarde: se habían repartido todas las herramientas. Daba igual. Yo me sentía dispuesto a todo: había resuelto no entregar gratuitamente mi vida. Además, tenía el revólver en el bolsillo.

Nos fuimos al bosque. Kalina Ivánovich me dio alcance y, terriblemente agitado, susurró:

- ¿Qué pasa? Dime, por favor: ¿cómo están hoy tan amables?

Yo contemplé distraído los ojos azules del Pan y respondí:

- Mal van las cosas, hermano... Por primera vez en mi vida he pegado a un hombre.

- Pero, ¿qué has hecho? -se sorprendió Kalina Ivánovich-. ¿Y si se quejan?

- Eso es lo de menos...

Para mi asombro, todo transcurrió bien. Estuve trabajando con los muchachos hasta la hora de comer. Cortábamos pinos torcidos. En general, los muchachos permanecían sombríos, pero el aire puro y helado, el hermoso bosque, que ornaban enormes caperuzas de nieve, la amistosa colaboración del hacha y el serrucho hicieron su obra.

En un alto, fumamos confusos de mi reserva de majorka (8), y Zadórov, echando el humo hacia las copas de los pinos, lanzó de repente una carcajada:

- ¡Menudo! ¡Ja, ja, ja, ja!

Era agradable ver su rostro sonrosado, que agitaba la risa, y yo no pude dejar de sonreír:

- ¿A qué te refieres? ¿Al trabajo?

- También al trabajo, pero ¡hay que ver cómo me ha zumbado usted!

Era natural que Zadórov, un mocetón robusto y grandote, se riese. Yo mismo me sorprendía de haberme atrevido a tocar a tal gigante.

Lanzó otra carcajada, y, sin dejar de reírse, empuñó el hacha y se fue hacia un árbol.

- ¡Vaya una historia! ¡Ja, ja, ja, ja!

Almorzamos juntos con apetito, bromeando, pero no aludimos más al suceso de la mañana. Yo, sin embargo, me sentía violento, aunque estaba dispuesto a no bajar el tono y seguí dando órdenes con la misma firmeza después de la comida. Vólojov sonreía, pero Zadórov se aproximó a mí con una expresión de lo más seria:

- ¡No somos tan malos, Antón Semiónovich! Todo saldrá bien. Nosotros comprendemos...Al día siguiente dije a los educandos:

- ¡El dormitorio debe estar limpio! Es preciso designar responsables de dormitorio. A la ciudad se puede ir únicamente con mi autorización. El que se marche sin permiso, que no vuelva, porque no le admitiré.

- ¡Oh, oh! -dijo Vólojov-. Puede que sea algo menos.

- Elegid, muchachos, qué os conviene más. Yo no puedo actuar de otra manera. En la colonia tiene que haber disciplina. Si no os gusta, marchaos cada uno a donde queráis. Pero el que se quede aquí, observará la disciplina. Como gustéis. Aquí no habrá ninguna cueva de ladrones.

Zadórov me tendió la mano:

- ¡Venga la mano! ¡Tiene usted razón! Tú, Vólojov, cállate. Todavía eres demasiado tonto para estos asuntos. Más nos conviene estar aquí, que ir a la cárcel.

- ¿Y es obligatorio asistir a la escuela? -preguntó Vólojov.

- Obligatorio.

- ¿Y si yo no quiero estudiar?... ¿Qué falta me hace?...

- Es obligatorio asistir a las clases. Quieras o no quieras, será igual. ¿Ves? Zadórov acaba de llamarte tonto. Esto quiere decir que debes aprender a ser listo.

Vólojov movió, burlón, la cabeza, repitiendo unas palabras de no sé qué anécdota ucraniana:

- ¡Eso sí que es un salto!

En el terreno de la disciplina, el incidente con Zadórov había señalado un viraje. Y, en honor a la verdad, yo no me sentía atormentado por ningún remordimiento de conciencia. Sí, había abofeteado a un educando. Yo experimentaba toda la incongruencia pedagógica, toda la ilegalidad jurídica de aquel hecho, pero, al mismo tiempo, comprendía que la pureza de mis manos pedagógicas era un asunto secundario en comparación con la tarea planteada ante mí. Estaba resueltamente decidido a ser dictador, si no salía adelante con ningún otro sistema. Al cabo de cierto tiempo tuve un choque serio con Vólojov, que, estando de guardia, no había arreglado el dormitorio y se negó a hacerlo después de una observación mía. Mirándole enfadado, le dije:

- ¡No me saques de quicio! ¡Arregla el dormitorio!

- ¿Y si no lo arreglo? ¿Me abofeteará usted? No tiene derecho...

Le agarré por el cuello y, acercándole hacia mí, barboté muy cerca de su rostro con absoluta sinceridad:

- ¡Oyeme! Te prevengo por última vez; ¡no te abofetearé, sino que te dejaré baldado! Después, si quieres, te quejas, y yo iré a la cárcel. Eso a ti no te importa.

Vólojov se desprendió de mis manos y me dijo con lágrimas en los ojos:

- No vale la pena ir a la cárcel por una tontería así. Arreglaré la habitación, ¡y que el diablo se lo lleve a usted!

Troné:

- ¿Qué manera de hablar es ésa?

- ¿Cómo quiere que hable con usted?... ¡Váyase al ...!

- ¿Qué? ¡Atrévete!...

Vólojov rompió a reír e hizo un ademán evasivo.

- ¡Vaya un hombre, fíjate!... ¡Arreglaré la habitación, la arreglaré, no chille usted!

Sin embargo, es preciso señalar que yo no pensaba ni por un minuto haber hallado en la violencia un medio todopoderoso de pedagogía. El incidente con Zadórov me había costado más caro que al mismo Zadórov. Tenía miedo a lanzarme por el camino de la menor resistencia. Lidia Petrovna fue quien me condenó con más franqueza y más insistencia entre las educadoras. Al anochecer de aquel mismo día, con el rostro apoyado en los pequeños puños, me dijo machacona:

- Entonces, ¿ha encontrado usted ya el método? ¿Como en el seminario?

- Déjeme, Lídochka.

- No, conteste: ¿tenemos que andar a bofetadas? ¿y yo también puedo? ¿O sólo usted?

- Lídochka, ya le contestaré más tarde. Por ahora ni yo mismo lo sé. Espere un poco.

- Bueno, esperaré.

Ekaterina Grigórievna anduvo varios días con el entrecejo fruncido y, al hablar conmigo, adoptaba un tono cortésmente oficial. Sólo cinco días después me preguntó con una sonrisa seria:

- Bueno, ¿cómo se encuentra?

- Igual. Me encuentro muy bien.

- ¿Sabe usted qué es lo más triste de toda esta historia?

- ¿Lo más triste?

- Sí. Lo más desagradable es que los muchachos refieren su hazaña con admiración. Están incluso dispuestos a enamorarse de usted, y Zadórov el primero de todos. ¿Cómo explicarlo? No lo comprendo. ¿La costumbre de la esclavitud?

Después de reflexionar un poco, contesté a Ekaterina Grigórievna:

- No, aquí no se trata de esclavitud. Aquí hay una cosa distinta. Analícelo usted bien: Zadórov, más fuerte que yo, podía haberme mutilado de un golpe. Considere usted, además, que no tiene miedo a nada, como tampoco tiene miedo a nada Burún y los demás. En toda esta historia, ellos no ven los golpes, sino la ira, el estallido humano. Comprenden muy bien que igualmente podía no haber pegado a Zadórov, que podía haberle devuelto como incorregible a la comisión (1), que podía ocasionarles muchos disgustos graves. Pero yo no hice eso y procedí de una manera peligrosa para mí, aunque humana y no formal. Y, por lo visto, la colonia, a pesar de todo, les hace falta. La cosa es bastante complicada. Además, ellos ven que nosotros trabajamos mucho para su servicio. A pesar de todo, son personas. Y éste es un hecho de suma importancia.

Poema pedagogico Antón Makarenko capítulo 2 y 3.

Gand-Alf

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #152 en: 03 de Julio de 2009, 14:40:36 »
Off topic: Lev, ya que estás leyendo este hilo. ¿Puedes vaciar tu buzón? Que no tengo otra forma de contactar contigo :P
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Carcassonne85

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #153 en: 03 de Julio de 2009, 15:31:08 »
Pues yo soy de la opinión de Rick.

Habrá críos con los que se pueda razonar y dialogar, pero incluso esos tienen unos límites de comprensión y raciocinio. Y precisamente ahora, que están acostumbrados a ser el centro de atención, los reyes y señores de la casa, del sofá, del mando de la tv y de todo en general, esos límites es fácil que se vean distorsionados.

A mí me soltaron alguna hostieja muy bien dada, pero sobre todo, me castigaban cuando no cumplía las normas y hoy por hoy, tengo que agradecerles a mis padres la educación que me dieron, cachetes y días sin salir incluidos.
El problema de los castigos es que muchas veces los padres también los sufren y por eso acaban cediendo y el crío se da cuenta de que por mucho que le amenacen, tiene el poder.

Dar ejemplo es vital, pero un niño no puede justificar sus actos en base a que un adulto los haga. Yo tengo todo el derecho del mundo a beberme una cerveza y un niño no, aunque me vea hacerlo.


ximocm

Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #154 en: 03 de Julio de 2009, 15:34:37 »
Dudo mucho que a un niño sin limites una simple "palmadita en el trasero" funcione. A lo mejor se rie más y todo xD

Claro, es como la clasica frase de enderezar el arbol, no se puede cuando ya ha crecido :D

Yo soy padre de dos niños, el mayor con un problema de hiperactividad aguda. No tengo despacho y mi realidad no es más distorsionada que la de cualquier otro, y mis mundos desde luego no son los de yupi.
 Los azotes, los cachetes no me han servido más que para debilitar mi autoridad.

Yo tambien tengo ese problema aunque mas leve. Ahora entiendes porque la frase de quedarse mirando la tele todo el dia, eso nunca ocurre. Pero justamente hablas de una excepcion que requiere mucho mas que un simple azote en el trasero, lo se muy bien.

Por otro lado, mi mencion era claramente a los que nos gobiernan o legislan sobre cosas que en realidad que les son ajenas.

Una cosa basica es que al niño hay que tratarlo estrictamente desde pequeño y segun madure abrir mas la mano y darle sus responsabilidades. Lo normal es que se haga al reves, y veo que algunos hijos de amigos mios ya empiezan a ser un problema porque son ellos los que mandan.

Tampoco estoy diciendo que la educacion pase por un correctivo tras otro, eso no es bueno. Pero cuando llegan a un punto de descontrol total, una palmadita en el culo los suaviza, no porque les duela sino porque les jode y da rabia :D

Y es que la sociedad cambia, antes salias a jugar solo a la calle hasta la noche. Hoy no puedes ni dejar de mirarlos en el parque o como en el caso de ayer, del asqueroso ese que quiso secuestrar una niña en la guarderia. Todo eso hace que seamos muy protectores (y con razon) y estemos todo el dia encima de los niños.

un saludo
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austercita

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #155 en: 03 de Julio de 2009, 16:01:14 »
Yo no sé en qué lado del barco estoy... lo mismo en el tablón, mirando cómo hacen círculos los tiburones... :D

Sí se que si tengo hijos/as, no me gustaría tener que llegar a darles un cachete NUNCA. Y aclaro que hace unos años (quizá cuando veía más lejano e improbable el tenerlos), me parecía que un cachete a tiempo podía hacer mucho bien. Pero luego he visto las circunstancias en las que se suelen dar esos cachetes: frustración, nervios... No sé si los niños no asociarán eso con la pérdida de control del adulto: y eso sí puede dar mucho miedo, pero no sé si es "pedagógico". Es decir, no lo hago porque "no está bien y no se debe" o no lo hago "porque me da miedo que papá/mamá se pongan así".

Claro que la educación no se tiene por qué basar solo en el refuerzo negativo, y eso lo sabéis bien los que sois padres/madres, pero otra cosa que me preocupa (vaya off-topic) es el refuerzo positivo, del que veo que últimamente se abusa. Ojo, que ya existía en mi generación... Me refiero a eso de "si apruebas todas, te compro la bici". Pues no, en mi casa se aprobaba todo porque era mi obligación y mi responsabilidad, ni premios, ni refuerzo positivo más que el saber que había cumplido con lo que tenía que hacer (y bien que me ha venido luego profesionalmente, pese a mi tendencia al workaholism ése). Pero tengo un sobrino al que le "premian" según haga las cosas que tiene que hacer, según un sistema de puntos. Si recoge los juguetes después de jugar, un punto. Si se come todo, un punto. Si se va a dormir a su hora, un punto. Si le da un beso a los abuelos, un punto... Y cada x puntos, le regalan un dvd, o un juguete... Todo esto empezó a edad temprana, cuando cada vez que iba al baño solito le regalaban algo. Pues no, por ahí creo yo que no se va bien. Como padres (y ojo, que hablo desde el otro lado de la barrera) creo que se está para convertir a los bichitos que tienes a tu cargo y a los que tanto quieres en adultos "de provecho" (y todas esas cosas que suenan antiguas), y luego en la vida no viene el jefe a darte un caramelito cada vez que haces una cosa bien.

Lo que pasa es que los niños vienen sin manual de instrucciones. Seguro que si acabo teniendo críos meteré la pata un millón de veces, acertaré algunas, y pasaré muchas noches en vela pensando si lo estoy haciendo bien. Pero todos los que escribís por aquí y ya os habéis reproducido demostráis reflexión y preocupación por cómo estáis educando a vuestros hijos, y eso me reconforta mucho. Observo últimamente mucha tendencia en padres jóvenes a exculparse ("la culpa es del cole, que no le educan", "la culpa es de la tele, que ven muchos anuncios y por eso lo quieren todo"...). Tener un hijo es una responsabilidad, volviendo a la cita de Spiderman que han mencionado por ahí, que también debe de dar muchas satisfacciones: seguramente sea de lo más importante que hace uno en la vida, y no se puede tomar a la ligera. Y los hijos suelen ser, con contadas excepciones, reflejo de los padres (el "ejemplo" que ha mencionado Lev antes).

Jarl. A veces me releo y me asusto.

Maeglor

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #156 en: 03 de Julio de 2009, 16:18:15 »
Yo es que como soy un inculto me fío de los que parece que saben, y la Supernanny es mi héroa. Será un montaje o todo lo que tu quieras pero la tía se sale siempre con la suya, incluso con enanos de estos de galleta bien ganá.

Y esta señora utiliza siempre el refuerzo positivo cuando lo hacen bien y el 'no te hago caso' cuando lo hacen mal. Yo me lo he grabado a fuego y pido a Pitufo fuerzas para poder cumplirlo y que me salga.

Lo que pasa es que sí veo mal que el refuerzo positivo sea a base de dar y comprar. El que ella utiliza es el besito y el '¡qué bien lo has hecho!' y el hablar con ellos y escucharles. Crea juegos en los que se gana haciendo bien las cosas y el premio es reconocimiento. A mí me parece perfecto. Vamos que a mí me tiene convencido, si es de una secta yo me doy por captado.
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LevMishkin

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #157 en: 03 de Julio de 2009, 16:30:03 »
Austercita Pues si tú te asustas cuando te lees no te digo yo.
Postear sobre los hijos es díficil. Uno intenta hacer equilibrio entre lo que debe contarse y lo que debe ocultar. Yo sé que no soy un padre prefecto, que los errores en los que caigo son muy simples, dejación de responsabilidades por simple vagancia. Con eso no quiero decir que nunca las ejerza, pero basta despistarse un momento y la has cagado, y lo más fácil es echar la culpa al demonio de niño. Yo sé que en el caso de los niños su conducta no está guiada por la maldad. Pero sí se que en mi caso entrar en juego conceptos "políticos" como la justificación.
 Lo que sí espero es que mis niños no me acaben odiando, y que piensen que esos cachetes eran bien merecidos. Nunca lo son, pero si la balanza es favorable al amor y el respeto seguro que me perdonan y cuentan en sus futuros foros que las "galletas" eran bien recibidas.
No somos neutrales es díficil serlo. Pero ya digo yo que en mi experiencia como padre todos los golpes eran evitables y se podía haber echo algo más.

austercita

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #158 en: 03 de Julio de 2009, 16:35:11 »
Lo que pasa es que sí veo mal que el refuerzo positivo sea a base de dar y comprar.

A eso me refería yo con lo del "abuso del refuerzo positivo", creo...

Yo sé que ahora, cuando hago algo bien, me auto-felicito p'adentro, me doy (metafóricamente) palmaditas en la espalda, y con eso me basta, porque una es luego bastante "calvinista" con eso de que las cosas que cuestan esfuerzo (el trabajo, o hacer ejercicio físico, por ejemplo) se tienen que hacer porque es nuestra obligación, y en el fondo es por nuestro bien, etc. Lo mismo viene de refuerzos positivos no materiales que recibí de pequeña en plan mis padres contentos porque había hecho algo bien, o del buen ambiente que se respiraba en casa cuando mi hermana y yo nos comportábamos (casi siempre) o no sé... Lo que sí que sé es que agradezco que no me educaran en plan "si eres buena te compro x" ni me dieran todos los caprichos (más bien, casi ninguno) que yo creía que me merecía porque sí... Y ojo que bien que me jodía en su momento, que yo era de las pocas que llegaba a casa con todo aprobado y mis padres se limitaban a sonreirme, a abrazarme, y a decirme: "Así se hace". Y yo pensando... "Vale, vale, pero dónde habéis metido la bicicleta?" :D

Y sí, a mí también me admira lo de Supernanny. A los que les daba alguna vez alguna galleta es a los padres... Claro que ahí hay de todo. Incluida mucha gente que se le han escapado los niños de control porque cree que educar es que el niño no eche nada material en falta, o que compensan el poco tiempo que pueden pasar con ellos consintiéndoles todo y no regañándoles el tiempo que están con ellos... Pero creo que ahí el egoísmo es de los padres, y parte de un concepto equivocado de la idea de "disfrutar de los hijos". No, los hijos no están ahí solo para que tú "disfrutes" de ellos (que seguro que se disfruta muchísimo), sino también para educarles (ah, no, que eso lo hacen en la escuela, creen algunos). Y supongo que a veces lo de castigar y marcar los límites tiene que suponer muchos disgustos, y que es más facil evitarlos. Pero luego vienen los pequeños monstruos...

Y los padres presentes en la sala en algún momento os hartaréis de que yo, con el instinto maternal de un trozo de cartón, esté reflexionando sobre esto :D

LevMishkin

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #159 en: 03 de Julio de 2009, 16:36:00 »
Por cierto y para rematar mi nivel de contardicción, ahora mismo estoy leyendo

"Sobre la violencia" de Slavoj Zizek

http://www.rebelion.org/noticias/2009/6/86593.pdf

Pablete

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #160 en: 03 de Julio de 2009, 16:42:43 »
Yo sé que ahora, cuando hago algo bien, me auto-felicito p'adentro, me doy (metafóricamente) palmaditas en la espalda, y con eso me basta, porque una es luego bastante "calvinista" con eso de que las cosas que cuestan esfuerzo (el trabajo, o hacer ejercicio físico, por ejemplo) se tienen que hacer porque es nuestra obligación, y en el fondo es por nuestro bien, etc. Lo mismo viene de refuerzos positivos no materiales que recibí de pequeña en plan mis padres contentos porque había hecho algo bien, o del buen ambiente que se respiraba en casa cuando mi hermana y yo nos comportábamos (casi siempre) o no sé... Lo que sí que sé es que agradezco que no me educaran en plan "si eres buena te compro x" ni me dieran todos los caprichos (más bien, casi ninguno) que yo creía que me merecía porque sí... Y ojo que bien que me jodía en su momento, que yo era de las pocas que llegaba a casa con todo aprobado y mis padres se limitaban a sonreirme, a abrazarme, y a decirme: "Así se hace". Y yo pensando... "Vale, vale, pero dónde habéis metido la bicicleta?" :D

jajaja, he recordado que de pequeño, si aprobaba todo, mi padre me daba un abrazo de 1 minuto. Cronometrado!  :D

Fíjate tú que no consigo recordar regalos físicos por aprobar (que alguno ha habido, seguro), pero eso siempre lo recordaré   :o ;D :D
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ximocm

Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #161 en: 03 de Julio de 2009, 17:02:50 »
Yo es que como soy un inculto me fío de los que parece que saben, y la Supernanny es mi héroa. Será un montaje o todo lo que tu quieras pero la tía se sale siempre con la suya, incluso con enanos de estos de galleta bien ganá.

Claro, partiendo de la base de que no son SUS hijos. Esta demostrado de que los niños hacen caso a todos los adultos siempre que no sean sus padres :D :D :D
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austercita

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #162 en: 03 de Julio de 2009, 17:16:39 »
jajaja, he recordado que de pequeño, si aprobaba todo, mi padre me daba un abrazo de 1 minuto. Cronometrado!  :D

Fíjate tú que no consigo recordar regalos físicos por aprobar (que alguno ha habido, seguro), pero eso siempre lo recordaré   :o ;D :D

Y luego eso del abrazo y tal "digievolucionó" al momento "mis padres están orgullosos de mí". Fíjate que los momentos que más me emociona recordar ahora (y que seguramente más me emocionarán cuando ya no estén) son ésos en los que se les notaba a los dos orgullosísimos por algo que había conseguido o hecho, pero sin estridencias, conteniendo alguna lagrimilla incluso (en mi casa jugamos así: semos recios y castellanos cantidá). Eso seguro que se recuerda más con los años que la bici que no me compraron o el viaje a Disneylandia que no tuve (existiría Disneylandia cuando yo era niña?)...

Sí que es verdad que con eso de ser buen padre marcas a alguien de por vida, sí... Aunque solo sea por eso, quizá merezca la pena tener hijos.

La cara del susto del churri cuando aparezca por la puerta y le diga: "aquí. Ahora. Preñez. Ya" va a ser de órdago...

(Solo bromeaba, no se lo vayáis a chivar y salga huyendo...)

Danli

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #163 en: 03 de Julio de 2009, 17:20:06 »
Claro, partiendo de la base de que no son SUS hijos. Esta demostrado de que los niños hacen caso a todos los adultos siempre que no sean sus padres :D :D :D

Bueno...en realidad lo que probablemente ocure es que los niños hacen caso a CUALQUIERA...que no los haya malcriado previamente. Y en el malcriar...entran tantas cosas...

Maeglor

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Re: Perez Reverte: PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES (Articulo)
« Respuesta #164 en: 03 de Julio de 2009, 17:23:56 »

La cara del susto del churri cuando aparezca por la puerta y le diga: "aquí. Ahora. Preñez. Ya" va a ser de órdago...

(Solo bromeaba, no se lo vayáis a chivar y salga huyendo...)

Sí, sí, ya ya, broma dice... ¡eso es la llamada de la naturaleza!!!!  ;D
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