El s?bado echamos una entretenida partida al Espa?a 1936 -gracias a Svalan por fin pude probarlo-. Perd?n si el relato puede resultar confuso, parco, o incluso ligeramente alejado de los hechos puntuales, ya que mi memoria y la novedad del juego me hace dif?cil hacer un reporte en condiciones -por no hablar de las pocas im?genes que hay del mapa en internet
-.
Svalan decidi? manejar a los republicanos, que tienen una tarea dificil por delante, y yo me puse al mando de los nacionales:
17 de julio de 1936. Empieza la guerra. El golpe de Estado s?lo podr? conducir a dos resultados: o la Cruzada vence, o se impone el gobierno leg?timo y su Revoluci?n. Aqu? no hay medias tintas.
Los nacionales comienzan a tomar posiciones. Espa?a se encuentra dividida en dos grandes zonas. Al oeste las fuerzas sublevadas, con Galicia, Le?n y parte de Andaluc?a (Sevilla y C?diz), y zonas en lucha como Toledo -cuyo alc?zar se encuentra cercado por las tropas republicanas-, Madrid o Zaragoza. Al este el ej?rcito y milicias de la Rep?blica, con Catalu?a, Valencia, Castilla-La Mancha, la franja cant?brica, parte de Andaluc?a -M?laga, C?rdoba y Almer?a- y zonas en litigio como Teruel.
Durante estos primeros momentos, el desembarco en la pen?nsula de las tropas provenientes de Marruecos resulta crucial. Los nacionales toman r?pidamente M?laga y se aproximan a C?rdoba. Mientras, las fuerzas republicanas avanzan hasta Salamanca, partiendo en dos el territorio nacional, y el alc?zar de Toledo cae r?pidamente.
Gracias a los Alferes Provisionales, las unidades de Carlistas y Falangistas ganan en organizaci?n y efectividad. Por otro lado, el general Mola muere en un accidente, dejando a los nacionales en franca inferioridad en cuanto a capacidad de reacci?n y maniobrabilidad de fuerzas.
La Rep?blica se est? imponiendo sobre los sublevados, quienes s?lo conservan 3 ciudades. Por suerte, Alemania aporta a ?stos la Legi?n C?ndor y una unidad de Panzers.
El final del a?o supone la p?rdida de Burgos a manos republicanas, mientras ?stos reconquistaban Salamanca -volviendo a unificar el frente-. La p?rdida de Burgos supondr? un duro golpe que, en lugar de desmoralizar, espolear? a las tropas nacionales a retomarla.
La batalla por Madrid sigue sin decidirse.
Los nacionales avanzan a C?rdoba y Almer?a. Valencia estar? a un tiro de piedra.
Mientras los republicanos se reorganizan y siguen intentando acabar con las defensas en Teruel, los nacionales reciben ayuda italiana de tropas voluntarias y unidades blindadas ligeras.
Empieza el a?o 37 con la entrada de un nuevo general nacional en el frente, D?vila. Ello permite aumentar la efectividad de la ofensiva, atacando Toledo para reconquistarla, recuperando Burgos, y estrechando el cerco sobre Valencia.
Madrid sigue suponiendo una guerra de desgaste entre ambos bandos.
Ahora, la Rep?blica cuenta con una nutrida fuerza a?rea gracias a la intervenci?n sovi?tica, y una unidad de blindados T-26.
Los nacionales recibir?n un nuevo apoyo, en esta ocasi?n del r?gimen de Salazar en Portugal. Su objetivo est? claro, tomar Valencia y amenazar toda la franja litoral hasta Barcelona.
La recuperaci?n de Brugos y Toledo ha supuesto una inyecci?n de moral para los nacionales. En el norte la estrategia a seguir est? clara, aislar a Madrid para que deje de recibir refuerzos y a la vez, partir el territorio republicano en dos -la franja cant?brica a un lago y Catalu?a a otro-.
La rep?blica, aunque algo tarde, consigue reorganizar a sus tropas, acabando con la desorganizaci?n de sus milicias.
La batalla en Valencia es m?s larga de lo esperado, y costosa, pero termina cayendo en manos nacionales.
Para evitar la entrada de las tropas sublevadas hasta Barcelona, el gobierno dela Rep?blica se ve obligado a reunir milicias catalanas y enviarlas a Castell?n.
Mientras, en el norte, la p?rdida de Guadalajara que pasa al bando nacional, supone el aislamiento de Madrid.
Al final del a?o Dif?ciles victorias en Pamplona y Huesca terminan por romper el frente Republicano. ?La guerra ha terminado!
Consideraciones finales:
Madrid, Oviedo y Zaragoza se mantuvieron durante toda la partida en pugna.
Los republicanos tienen por delante una tarea dif?cil. Cada unidad que ellos pierden, supone mucho m?s que si la perdieran los nacionales -algo similar a lo que pasa en la Guerra del Anillo con los Pueblos Libres, solo que aqu? no hay victoria por Anillo
-.
Es un juego sencillo, pero a la vez interesante. Quiz?s le falta algo m?s de vidilla en las cartas -como en los Card Driven de GMT y MMP- ya que s?lo sirven para dos cosas, para evento -en los que una foto hist?rica o una descripci?n hubiera ayudado a darle m?s sabor, aunque quiz?s en perjuicio de vistosidad o claridad- o para combate -igual que lo anterior, una descripci?n de por qu? ayuda o penaliza en combate le da mucho sabor-.
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