Roborally es un juego que creo un tal Richard Garfield (uno de los diseñadores con más pasta gracias a MAGIC: TG) que un buen día de 1994 hizo este delirio en forma de carreras de robots originadas por el aburrimiento de los mismos en su fábrica. Qué cosas...
Según la caja pone de 2 a 8 jugadores, y gracias a la gran cantidad de escenarios se adapta a ello pero en mi opinión (y con pocas partidas jugadas) lo mejor es de 4 ó 5 jugadores. Menos puede quedarse soso, aunque 3 en un escenario pequeño puede estar bien, y más es un mogollón sin sentido alguno.
El juego, la verdad es que es muy sencillo. Con él trabajamos nuestra capacidad espacio temporal así como la orientación, ya que como en el más conocido Wings of war, poseemos cartas que programan nuestro robot. Aquí es donde viene el caos... pero ¿y lo que mola?
El objetivo es, sobre el tablero, acabar nuestro movimiento en X banderas numeradas, donde X puede ser de 2 a 8 banderas. Cuantas más banderas, evidentemente, más largo. (Plas plas plas, gracias, los aplausos luego)
Robamos cartas. Nueve cada uno. Una menos por cada daño recibido (si tenemos 5 daños pos 4 cartas, lógico, ¿no? plas plas plas por favor...) y tenemos (esto mola) 30 seg (viene un reloj de arena) para colocar nuestras 5 cartas de programación que representan el movimiento del robot (avanzar 1, 2 ó 3 casillas; rotar, marcha atrás...) y si en los 30 seg no las has puesto, las que te quedan se colocan al azar (más caos si cabe aún).
Una vez colocadas, un jugador puede anunciar que su robot se va a apagar. O sea, juega este turno, pero al siguiente no se le reparten cartas y repara todos sus daños...pero claro, es vulnerable a recibir nuevas hostias (uy, perdón).
Lueeeeeeeeeeeeeeego, anuncie alguien si se apaga o no, se muestra la primera carta. Un número acompaña al movimiento. El que lo tenga más alto empieza... después de mover todos el primer movimiento se activan las características del tablero (las cintas transportadoras arrastran al robot, los engranajes lo giran, los rayos laser hacen más pupita que una pinza en la entrepierna (comentario unisex)... y en caso de que se haya caído en una casilla de reparación pos te curas. Luego segunda carta... y así hasta la QUINTA (te gané al UR chavalote
)
Un robot es eliminado si recibe 10 daños, si cae en un foso o si es expulsado del tablero. Cada robot tiene 3 vidas. A la 3º, eliminado. Si no, vuelves o la salida o a la última bandera a la que hayas llegado.
Se pueden también conseguir cartas de armas (algunas very interesantes) que mejoran al robot y además las puedes descartar si recibes un daño (como si se hubiera roto sólo éso)
Otro detalle, ya en el colmo del caótico embrollo (que me encanta) es que cuando recibes más de 5 daños, afecta también a tus cinco cartas de programación (movimiento), es decir, que se cierran esos circuitos, o sea, que si se te cierra el 5º espacio de poner las cartas de movimiento, el siguiente turno te descartas de las cartas menos de la QUINTA (porque perderás en el UR de nuevo, ya verás) que si fue mover 3 espacios, hasta que no se arregle la QUINTA (no escaparás) seguirá moviendo 3 espacios en el quinto movimiento. Un cachondeo.
Pos nada más (plas plas plas no, todavía no) un juego algo caro, muy entretenido, lento en las primeras partidas hasta que te haces con la mecánica, pero una vez cogida, prepárate para ver como los robots (en plan Destruction Derby) van de un lado a otro, chocándose, empujándose, girando, disparando, equipándose y todo para completar la carrera en el orden establecido. Por cierto, los materiales no están mal. Eso quiere decir que están bien. (plas plas...sssssssssh)
Un divertido caos, de pocas reglas en el que te puedes reír bastante. Ahora sí... plas plas plas plas plas plas plas plas plas ... gracias. Me lo merezco
PD: QUINTA un saludo, por colarte tantas veces en mi reseña.
http://www.boardgamegeek.com/game/18ADICCIÓN:*********9
COMPONENTES:******7
TEMÁTICA:*****5
DIFICULTAD:******5
ORIGINALIDAD:********8