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CAMARADAS COMUNISTAS, LA REVOLUCIÓN HA TRIUNFADO
« en: 01 de Septiembre de 2007, 01:51:14 »
Hace poco que he regresado del laberinto tras una partida de 1936 Guerra Civil con las reglas de 4 jugadores. Tengo que confesar que ha resultado apasionante, con un final muy reñido. Procedo a narrar los acontecimientos:

18 de Julio de 1936, ante la inestabilidad política del gobierno del Frente Popular, un grupo de políticos carlistas, encabezados por Víctor Pradera, se rebelan contra el gobierno elegido democráticamente. Se trata de un acto inicialmente simbólico, que muestra a la sociedad la unión de los partidarios de Alfonso Carlos de Borbón y los afiliados a falange española. Tras el levantamiento de las tropas, el gobierno responde con cambios en el gabinete, entrando con fuerza el socialista Indalecio Prieto, apoyado por el partido republicano. Mientras, el partido comunista y grupos anarquistas inician una serie de movilizaciones de milicianos leales, que en una rápida acción ofensiva logran tomar al asalto la guarnición del Alcázar de Toledo, guíados por la pericia de Juan Modesto. Es de destacar la participación de batallones socialistas, que consiguen mediante su propaganda mantener a la población fiel al gobierno y esperanzada en las posibilidades del gabinete formado por republicanos y socialistas. Este empuje inicial es aprovechado por el gobierno para iniciar una campaña de desacreditación internacional del bando insurrecto.

Ante la respuesta al golpe de mano, las fuerzas conservadoras deciden pasar a la acción.  El propio Alfonso Carlos de Borbón apoya a sus partidarios y reclama el trono, siendo nombrado Rey de España en la zona sublevada. Además irrumpen en escena destacados personajes militares, como los generales Franco y Dávila. Con una masiva movilización se inicia la campaña del Maestrazgo, que carlistas, falangistas y militares sublevados pretendían que fuera un "desfile victorioso". Nada más lejos de la realidad. Tras la menor presencia militar de partidarios comunistas se escondía un astuto plan. Mientras Jesús Hernández se infiltraba en el gobierno sin muchos apoyos, un grupo de radicales catalanistas preparó y ejecutó un doble atentado que costó la vida del General Franco y dejó gravemente herido al rey.

Desconcertados y desmoralizados, los rebeldes perdieron toda iniciativa, momento que supieron aprovechar militar y políticamente los leales al gobierno. Por una parte, Manuel Tagüeña sucedía en la resistencia a Juan Modesto, fallecido en combate. Por otra, el presidente de la república, Manuel Azaña, nombraba presidente del gobierno a Prieto. Pero esos no eran sus planes, Prieto pretendía ser un hombre de transición para la llegada al poder de Claudio Sánchez Albornoz. Aquello nunca sucedió. En venganza de lo acontecido, un grupo de exaltados religiosos ponía fin a la vida del "delfín de Azaña". La situación se equilibraba.

Tras las victoriosas campañas del Maestrazgo y Toledo, los milicianos comunistas, apoyados por la columna Durruti, realizan otro golpe de mano. Basados en una ejemplar dirección de Tagüeña (decisivo en las operaciones militares republicanas) y en un perfecto funcionamiento del aparato de propaganda del partido, Teruel cae sin resistencia, asestando un nuevo golpe moral al bando nacional. Además, Vicente Uribe se posiciona en el congreso. Los comunistas empiezan a tener mucho peso. Y eso es algo que Azaña y sus aliados socialistas y vascos no pueden consentir. Ellos tambien disponen de medios de comunicación y son ellos los que venden a la comunidad internacional una victoria del ejército republicano sin que éste hubiera entrado en combate. Un golpe bajo que pagarían muy caro posteriormente.

Por otra parte, ante las malas noticias recibidas de los diversos frentes, el antiguo Rey Alfonso XIII mueve sus piezas. Alfonso Carlos de Borbón se iba a encontrar un panorama enrarecido al regresar de su recuperación. Allí había peones claves monárquicos, hombres de confianza del antiguo rey Alfonso como Peña Boeuf, Sáinz Rodríguez o Amado y Reygondaud. Gracias a ellos, el bando nacional convence a europa de que su causa no es la de un puñado de fascistas, sino que defienden razones de peso. Una victoria diplomática que les insufla nuevas energías y que el gobierno no esperaba.

Un nuevo año viene marcado por el que pretendía el gobierno que fuera el golpe definitivo contra los sublevados, la campaña del Ebro. El ejército leal, invicto aún en combate, se lanzaba lleno de orgullo a poner contra las cuerdas a los militares de la sublevación. Y eso se podría presagiar con el fallecimiento de Dávila en extrañas circunstancias. Pero un reclutamiento masivo y la llegada de los regulares de Marruecos dan la vuelta a la situación. El Ebro parecía perdido, de no ser por los hábiles movimientos de Tagüeña en innumerables contraataques y por la voluntad de sacrificio de los milicianos italianos y norteamericanos.

El gobierno se encuentra con demasiados frentes, por lo que da un giro de política y trata de demostrar su habilidad económica, intentando echar por tierra las teorías sobre la excesiva inflación sostenidas por políticos conservadores. Pero la influencia de figuras comunistas sigue en ascenso, entrando en escena Dolores Ibárruri. Los encendidos discursos de "Pasionaria", unidos a los movimientos militares en clara inferioridad y la consigna de "No pasarán" iban a resultar decisivos en el devenir de los acontecimientos. El gobierno socialista, de inesperada estabilidad, apuntalaba su poder con el nombramiento como ministro de exteriores de Fernando de los Ríos, cuya elegante política internacional logra contener al aparato diplomático de Alfonso XIII.

Pero la contienda ya va llegando a su fin. Pese a los notables avances militares y al estancamiento de las tensiones diplomáticas, la población que vive en la zona sublevada empieza a encontrarse agotada, presagiándose en su bajísima moral un final cercano de la contienda. Las luchas intestinas, conocedoras de ello, intensifican sus luchas intestinas. Azaña trata de mantener todas sus piezas intactas ante la clara mayoría de políticos comunistas. Mientras, el bando rebelde trata de darse prisa, el tiempo no corre a su favor, e inicia un ataque eléctrico contra el pais vasco, liderado por el general Mola. Pero lo que parecía que iba a ser rápido se estanca por la decidida voluntad de la población, encendidad por la mecha de los discursos de "Pasionaria".

Y el pueblo dijo basta, Alfonso Carlos de Borbón se vió obligado a renunciar al trono, los militares cedieron, los monárquicos entendieron que no había nada que hacer y los falangistas poco podían decir, tras diezmarse sus filas en los distintos frentes. Se iba a leer el discurso de la victoría, preparado por Prieto, presidente de la República.

Y se suceden los acontecimientos en veinticuatro horas sin precedentes en la historia. El país enmudece. Un grupo de terroristas catalanes acaba con la vida de Manuel Azaña. El desconcierto se apodera de las filas socialistas, que se ven privadas de su único apoyo real. Sin el presidente, el gobierno queda a merced de los comunistas y Prieto se ve obligado a dimitir. En un gabinete de urgencia, Uribe es nombrado presidente del gobierno. El partido comunista, apoyado en la lucha anarquista, consigue que triunfe la revolución.

Reparto:

Republicanos, socialistas, nacionalistas vascos y militares republicanos
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Comunistas, anarquistas, nacionalistas catalanes y brigadas internacionales
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Carlistas, falangistas, iglesia y nacionales
Álvaro I

Monárquicos, militares nacionales y regulares
Álvaro II

Una partída emocionante y reñida. Las reglas a 4 funcionan estupendamente.
Desea poco, espera menos y procura tener bien afinada la guitarra

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Arturo García

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RE: CAMARADAS COMUNISTAS, LA REVOLUCIÓN HA TRIUNFADO
« Respuesta #1 en: 01 de Septiembre de 2007, 11:40:44 »
Efectivamente, la conjunción republicano-socialista  (su ala moderada) desde la que gobernábamos la República no pudo contener finalmente el juego sucio de los comunistas, quienes utilizaron a los anarquistas y a los nacionalistas catalanes para beneficio propio.

Y eso que no empezaron mal las cosas para el gobierno democrático y legítimo de la República: unos cuantos milicianos comunistas y anarquistas fueron a lo loco al Alcázar de Toledo, que estaba defendido por un pequeño grupo de insurgentes, y acabaron con todo rebelde que encontraron, pillando a los sublevados por sorpresa. No obstante el ejército de la República, leal al gobierno, supo poner freno a los desmanes y el éxito de la ofensiva fue atribuido a la gestión de la coalición republicano-socialista en el gobierno. Algo parecido ocurrió en Teruel, donde la ultra-rápida ofensiva miliciana arrasó con todo y tuvieron que llegar luego las fuerzas de orden de la República a tranquilizar a la población, especialmente a las clases medias y la pequeña burguesía, para que no temieran por la confiscación de sus bienes ni por la revolución.

Más tarde los comunistas se aprovecharon de la ineficacia de los sublevados al intentar dividir aún más el territorio de la República por el Maestrazgo y se aprovecharon también de las gestiones que distintos políticos socialistas,  republicanos y vascos habían hecho para llevarse injustamente el crédito de defender esas posiciones. Como más tarde se vería, no lo hacían por la República,  sino por el golpe de estado en la sombra que estaban preparando...

Aunque republicanos y socialistas intentaron hacer ver a la comunidad internacional que el gobierno legítimo de España era el de la República, los continuos excesos de los milicianos comunistas y anarquistas, así como distintas acciones de los primeros, impidieron hacer grandes progresos diplomáticos, lo que los sublevados aprovecharon para dañar la imagen de la República y afianzar positivamente la suya.

Aunque el gobierno estaba en manos de socialistas moderados, apoyados por los republicanos (sobre todo Azaña), los comunistas seguían preparando su golpe de estado. La Pasionaria realizaba discursos llenos de energía que desmoralizaban a los sublevados. Pero todavía dicha traición no se había producido, y Azaña, presidente de la República, fomentó esta estrategia de desmoralización del enemigo pensando que iba en beneficio de la República. Para cuando se dio cuenta de su error, ya era tarde, y acabó pagándolo muy caro. Los comunistas también habían conseguido colocar a Vicente Uribe como ministro de Agricultura, y con su gestión la República aparentemente tuvo más recursos para llevar adelante la guerra. ¡Si en aquel momento hubiéramos sabido que ese dinero acabaría financiando el golpe de estado comunista! Y encima, más de una vez, en un arriesgado gesto de buena voluntad por el bien de la República, se le ofreció la presidencia de gobierno al partido comunista. Pero siempre rechazaron la oferta (¿sería un vacuo intento de reducir su sentimiento de culpabilidad cuando llegara su traición?).

La guerra continuaba a nivel militar y diplomático en un tira y afloja que parecía no llevar a ninguna parte a ninguno de los dos bandos. El gobierno de la República estaba confiado en la victoria de la España democrática frente a los sublevados y también frente a los intentos de ya-sabeis-quién para implantar su dictadura del proletariado. El poder político del partido comunista, que antes de la guerra no era nada, seguía en aumento.

Ya cerca del final (demasiado tarde), la República se dio cuenta de que los comunistas habían acumulado demasiado poder, aunque no estaban todavía en el gobierno. Azaña ya no fomentaba los discursos incendiarios de la Pasionaria, sino las acciones diplomáticas de sus embajadores. Algunos políticos socialistas, sabedores de a los socialistas nunca les ha ido mal en tiempos de monarquía, intentaron entablar conversaciones con los sublevados monárquicos más moderados para hacer frente a los comunistas. Sólo consiguieron retrasar el fin.

La desmoralización de los sublevados precipitó los acontecimientos. Los comunistas utilizaron a los nacionalistas catalanes, como habían utilizado a anarquistas y brigadistas internacionales anteriormente,  para acabar con la gestión  del gobierno de la manera más pueril: quitándo de enmedio a Don Manuel Azaña. Purga comunista en toda regla encubierta de nacionalismo catalán. Esta estrategia de tirar la piedra y esconder la mano, haciendo que pareciera una nueva acción secesionista, les permitió por fin tomar control del gobierno, quedándose los políticos socialistas que aún tenían algo de influencia sin poder de acción. Tan bien lo hicieron que a ojos de la comunidad internacional la desaparición de Azaña fue atribuida a un golpe de los sublevados.

En un último intento a la desesperada, la coalición republicano-socialista intento hacer ver a sus propios ciudadanos que así como su gestión en Teruel y el Alcázar de Toledo había llevado a la República  a la victoria, también en la campaña del Maestrazgo había sido así, aunque los comunistas se hubieran puesto la medalla. Pero a éstos aún les quedaban cartuchos por quemar, y una opinión pública contaminada por la propaganda comunista les siguió dando el crédito de aquella campaña.

Al final, cautivo y desarmado el ejército sublevado y anulada en la República la democracia representada por republicanos y el ala moderada de los socialistas, el partido comunista tomó control de las riendas de España. La dictadura del proletariado española había comenzado.



Las dos veces que hemos jugado a cuatro en agosto hemos sido tres, salvo un rato en la primera partida que estuvo Maeglor. ¿Entendéis ahora mis problemas logísticos de entonces para probar a fondo las variantes a cuatro?  ::)

¡A ver si la próxima vez sí que somos cuatro de verdad!  ;)

(y enhorabuena a thunder_cc, que ya es la segunda vez que gana jugando a cuatro)

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RE: CAMARADAS COMUNISTAS, LA REVOLUCIÓN HA TRIUNFADO
« Respuesta #2 en: 01 de Septiembre de 2007, 11:51:20 »
Algo parecido ocurrió en Teruel, donde la ultra-rápida ofensiva miliciana arrasó con todo y tuvieron que llegar luego las fuerzas de orden de la República a tranquilizar a la población, especialmente a las clases medias y la pequeña burguesía, para que no temieran por la confiscación de sus bienes ni por la revolución.

¡Pero mira que eres insincero! Tras un hábil golpe de efecto en Teruel sin que los sublevados pudieran decir ni mu, llegó el ejército popular (sin llegar a pegar un sólo tiro) a colgarse la medallita. Y luego encima dicen que si los anarquistas saquean. ¡Insincero!  ;)

Además, chico, yo que culpa tengo de que metas en la baraja tres cartas catalanas de eliminar personaje. No iba a dejarlas sin usar, y los nacionales no tenían más que mindundis,...  ;D ;D
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RE: CAMARADAS COMUNISTAS, LA REVOLUCIÓN HA TRIUNFADO
« Respuesta #3 en: 02 de Septiembre de 2007, 23:22:13 »
Yo creo que quedó claro que en la partida los anarquistas fueron utilizados y posteriormente purgados.

Hubiera sido interesante ver cómo lo vio el bando nacional, para completar la foto...