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No tan elemental

No tan elemental

Estimado lector. Observe a su alrededor. ¿Qué es lo que ve? Probablemente nada resaltable. Una imagen cotidiana, trivialidades, insignificancias. Una estampa costumbrista.

Ahora póngase en la piel de Sherlock Holmes, el maestro de la deducción, el más hábil de los investigadores, un precursor de la semiótica, del método científico, de disciplinas como la criptografía, la medicina y la hipnosis. Y con esas habilidades trate de descubrir cuál es la profesión de cualquiera que pase a su alrededor. Trate de saber de dónde viene, adónde se dirige, qué le perturba. Elucubre sobre cuáles son sus intenciones, qué esconde, si miente o es honesto.

No es una tarea sencilla. Pues bien, este es el objetivo que nos plantea Daniel Tubau en su libro No tan elemental -cómo ser Sherlock Holmes-, conocer cuál es el método utilizado por el más célebre de los investigadores. Aprender a leer los rostros, a identificar signos de aspecto banales, a descifrar enigmas y resolver retos mentales. Todo, en definitiva, para ver más allá de las apariencias, para conocer qué mundo se oculta tras lo evidente

Londres, de Virginia Woolf

LondresPocas escritoras están tan asociadas a Londres como Virginia Woolf, que supo convertir la ciudad del Támesis en uno mas de sus personajes.

En este libro se reunen seis piezas que la autora de La Sra Dalloway escribió en 1931 para la revista Good Housekeeping sobre distintos aspectos de la vida, la arquitectura, las gentes y la historia de Londres. El primer artículo, titulado \\\»Retrato de una londinense\\\» se creía perdido hasta hace poco tiempo.

En los diferentes artículos, Virginia Woolf traza, como si del cuaderno de apuntes de un pintor se tratara, el retrato de Londres: la bruma de los muelles, la marea humana que fluye por Oxford Street, las casas de los grandes escritores, los pináculos góticos de abadías y catedrales o el esplendor de la Cámara de los Comunes. Iluminados con fotografías de la época, estos textos se convierten en deliciosos paseos por una de las grandes capitales de la literatura occidental.

Disfrutadlo.

La ciencia de Sherlock Holmes

La ciencia de Sherlock Holmes

¿Cómo fueron las primeras autopsias?

¿Cuáles son los venenos más utilizados por los asesinos?

¿Quién descubrió la utilidad de las huellas dactilares en el proceso de identificación?

¿Qué cualidades debe tener un buen detective?

En este libro, tan fascinante corno los casos que resuelve Sherlock Holmes, se responde a estas preguntas a la vez que se examinan las extraordinarias aventuras del detective y se analizan los perturbadores misterios, reales y ficticios, más importantes del siglo XIX, como la desaparición del doctor George Parkman, el caso del asesino de esposas Kenneth Barlow o las historias de Jack el Destripador.

La ciencia de Sherlock Holmes (ebook) de E. J. Wagner, no es otra cosa que un entretenido y didáctico libro, a caballo entre un libro de divulgación científica, un estudio histórico sobre la investigación forense, y un recopilatorio de hechos criminales resueltos hace casi un par de siglos gracias a la intervención de la ciencia médica y forense.

A poco que estéis interesados en la investigación de un misterio, en la resolución de un crimen, y los aficionados a El Club de los Martes lo son, podréis disfrutar de una lectura ágil y sorprendentemente amena, de la mano de dos viejos conocidos: Holmes y Watson. 330 páginas de utilísima información para nuestros casos.

Otoño de Terror (Tom Cullen)

Otoño de TerrorOtoño de terror es uno de los más extensos y documentados libros, junto a  «Jack el Destripador: Recapitulación y Veredicto» de Colin Wilson y Robin Odell, dedicados a Jack el Destripador, el misterioso y primer asesino en serie que asoló Londres en la epoca victoriana.

Este criminal asesinó y descuartizó, con precisión quirúrgica, a cinco prostitutas del East End. El despliegue policial no tuvo precedentes. Se requisaron las casas, tabernas y pensiones del distrito. Los miembros civiles del Comité de Vigilancia cooperaban patrullando día y noche por las calles más peligrosas. Los afiches con el texto y la letra de las cartas que presuntamente Jack había enviado se reproducían en las comisarías y en distintos lugares de la vía pública. Incluso se llegó a recurrir al uso de perros sabuesos. Se volvía evidente que la cacería se hallaba en pleno apogeo. Presintiendo su detención, ¿Jack el Destripador se acorbadaría? ¿Cambiaría el escenario de sus ataques? Pronto la población saldría de dudas, cuando el asesino vuelve a las andadas.

Ahora está disponible, gracias a papyrefb2, en fb2, epub y mobi.

A todos aquellos que no les importe tener que leer en inglés os aconsejo, sin dudarlo, que visitéis la página: http://www.casebook.org/. Su fondo documental y de información general que contiene es exhaustivo, podéis literalmente pasaros meses buceando entre todo el material que ofrece.

Una anécdota, este libro fue durante mucho tiempo mi libro de cabecera y la inspiración para mi campaña «Otoño de Terror» para Castillo de Falkenstein, en la cual, además, hago referencias continuas a él.

La Dactiloscopia

Huella Dactilar

Sir Francis Galton, primo de Charles Darwin, antropólogo, meteorólogo y explorador de varias comarcas africanas, formuló la teoría de los anticiclones e inventó nuevos métodos cartográficos, efectuando además una gran contribución a la estadística, y sobre todo, demostró una gran pasión por la medida de las impresiones digitales, el color de los ojos y de la piel, entre otras inquietudes, que lo destacan como uno de los grandes de la moderna bioestadística. Enunció las tres leyes fundamentales de la Dactiloscopía: perennidad, inmutabilidad y diversidad infinita.

Hacia el año 1888, gracias a la colección que Herschel le envió, establece 42 tipos patrones con el fin de encuadrar los diseños digitales; logra la clasificación dactiloscópica de los dedos índice y pulgar, pero como complemento del sistema antropométrico de Bertillón; establece un procedimiento para el contaje de líneas digitales (se lo denomina línea de Galton y tiene pleno uso en la actualidad en casi todos los sistemas de identificación dactiloscópica) y fija los principios científicos fundamentales que hacen a los postulados papiloscópicos. En su libro “Finger Prints” (pdf) expone todas sus experiencias y resultados sobre su técnica identificativa dactiloscópica; posteriormente publica dos obras más: “Fingerprint Directories” (pdf) y “Decipherment of Blurred Finger Prints” (pdf) .

Hasta la década de 1890, la técnica utilizada para la individualización de las personas era el método antropométrico, ideado por el francés Alphonse Bertillón, basado en las medidas de ciertas partes del cuerpo humano y las particularidades fisonómicas y era utilizado como instrumento de las investigaciones por la policía de Francia desde 1882.

Dactilogramas

A mediados de 1891, el Jefe de Policía, capitán de navío don Guillermo J. Nunes encomienda a Juan Vucetich la organización de un servicio de identificación por el sistema antropométrico, muy difundido y de sólido predicamento científico en el país natal de su célebre fundador e impulsor.

Fue en este mismo año cuando Henry Varigny publica en una revista un artículo analizando y efectuando comentarios relacionados a un artículo publicado por Francis Galton unos años antes. El artículo es entregado a Juan Vucetich, con instrucciones de analizar la posibilidad de aplicar la identificación dactiloscópica en delincuentes. El estudio del mismo le permitió a Vucetich comprobar la falta de exactitud del método de Bertillón, y descubrir las bondades que aportarían a la identificación humana el uso de las huellas digitales. El intenso estudio que efectuó, lo llevó a confirmar que los dibujos papilares podían ser clasificados por grupos, y da el visto bueno. El nuevo procedimiento de reconocimiento, que llamó “Icnofalangometría” o “Método Galtoneano”, usó inicialmente 101 tipos ó diseños de las huellas para clasificarlas. Más tarde el Dr. Francisco Latzina, estimando que con una palabra más corta, y también de origen griego se podía nombrar esta novísima ciencia, propuso el uso de dactiloscopia, que se compone de daktilos (dedo) y skopein (examinar).

Vucetich, gracias a sus estudios, logró simplificar el método, reduciéndolo a cuatro tipos patrones ó fundamentales: arcos, presillas internas, presillas externas y verticilos. En base a sus métodos, la policía bonaerense inició en 1891, por primera vez en el mundo, el registro dactiloscópico de las personas. Fue el 1º de septiembre de 1891 cuando fueron identificados por medio de sus huellas dactilares unos 23 procesados que se encontraban en la Jefatura de La Plata, y de esa forma, se abrió la puerta a la creación de la Cédula de Identidad, a la creación del Sistema Dactiloscópico Argentino, y convirtió a la huella digital en fiscal o defensor de su dueño.

Dactilograma de Francisca Rojas

Un año más tarde, en 1892, se hizo por primera vez la identificación de una asesina, en base a las huellas dejadas por sus dedos ensangrentados (en particular por su pulgar derecho) en la escena del crimen de sus dos hijos, en la ciudad de Necochea. La misma, de nombre Francisca Rojas, había acusado de los asesinatos a un vecino, el inocente Velásquez (Pedro Ramón Velásquez, paisano bueno y trabajador, de 45 años de edad, amigo y compadre del honrado y laborioso puestero Ponciano Carballo separado de su joven mujer de 27 años, Francisca Rojas, quien finalmente fue imputada de la muerte de sus ahijados, los menores de 6 y 4 años de edad respectivamente, Ponciano (o Ernesto) y Francisca (o Teresa) Carballo y Rojas, asesinados aquel aciago anochecer del 29 de Junio de 1892.

La obra de Vucetich “Dactiloscopia Comparada” (pdf), de 1904, es considerada como su trabajo principal y fue el medio por el cual recibió premios y menciones en todo el mundo.